Aunque los sprinters tienen todas las de ganar, el recorrido tampoco será precisamente un paseo. 1700 metros de desnivel concentrados fundamentalmente en sesenta kilómetros, el tramo central de carrera, que arrancan con la ascensión a Baiso (3ª categoría), coronada en el km 40,5 de carrera.
Allí se deberá haber formado -quizás lo haga desde el banderazo- una fuga del día que tendrá terreno ‘sube y baja’ en la siguiente hora de carrera, antes de bajar hasta San Polo d’Enza (km 92) y comenzar la última elevación del día, Borsea (3ª categoría). Desde ahí, ni un solo metro para arriba. Bajada hasta la Pianura Padana y unos últimos 65 kilómetros a todo ritmo, incluido el circuito decisivo de 26,6 kilómetros, a caballo entre las provincias lombardas de Mantua y Cremona.