Ver todos
Ver todos

Tridente esloveno

12/03/2023

A orillas del mar Adriático, al final, un esloveno siempre llega el primero. Pueden cambiar las rutas, pueden cambiar las circunstancias, pero al final, si no es Tadej Pogacar, es Primoz Roglic quien se lleva a casa el Tridente de Neptuno de la Tirreno-Adriático. En los últimos cinco años, cuatro ediciones han sido ganadas por ellos, repartiéndose dos cada uno, Roglic en 2019 y 2023, Pogacar en 2021 y 2022: la victoria de Simon Yates en 2020, por lo tanto, adquiere en retrospectiva un valor aún mayor del que ya tenía.

Obviamente estamos hablando de dos fenómenos, probablemente los corredores de carreras por etapas más fuertes de los últimos 10 años, pero ver ondear la bandera eslovena en las tres últimas ediciones sigue siendo bastante impresionante. Puede que sea el mes de marzo, puede que sea el aire marino, puede que Eslovenia también tenga vistas al mar Adriático y quizás lo sientan un poco, puede que sea lo que sea, pero la Tirreno-Adriático es ahora un asunto esloveno. Ah, y para que conste, a orillas del Mediterráneo, en las primas de la París-Niza, Pogacar acaba de ganar tres etapas y de llevarse la clasificación general. Roglic, entre Tirreno y Adriático, no ha querido ser menos, así que de Tridentes, en su salón, ya puede presumir de dos.

Si Pogacar es indiscutiblemente el hombre del momento, porque ni siquiera tiene 25 años y aún tiene toda su carrera por delante, uno siempre teme que Roglic esté asistiendo a su último al más alto nivel, ya que va a cumplir 34 años y en este ciclismo que va a mil por hora, con jovencísimos talentos reclamando espacio, uno cae pronto en el olvido. Pero él, en cambio, hace olvidar a los jóvenes, porque incluso después de un 2022 difícil y un invierno pasado lamiéndose las heridas (operación de hombro y consiguiente parón de 3 meses), volvió fresco como una rosa y motivado como un chaval. Poco importaba que llevara 6 meses sin correr, en la primera carrera le tocó el gordo, y no sólo una vez, ya que en una semana se llevó a casa 4 victorias, tres de etapa en Tortoreto, Sarnano Sassotetto y Osimo, y la clasificación general.

Así que también este 2023, si amanece un buen día, podría lucir fuertes colores eslovenos. El sábado está la Milán-Sanremo, que ganó en 2022 otro esloveno, Matej Mohoric -uno de los grandes objetivos de temporada de Tadej Pogacar, de quien cabe esperar fuego y llamas en el Poggio (o quizá antes, quién sabe)-, y en mayo el Giro de Italia, que será el coto de caza de Primoz Roglic.

La sensación es que la diversión en Eslovenia este año no ha hecho más que empezar, pero ya se ha puesto el primer sello: el Rey de los Dos Mares vuelve a ser ese chico que creció con los esquís y la nieve, Primoz.

¡SÍGUENOS
#giroditalia

patrocinador principal