Os presentamos en 6 episodios las etapas y dificultades que, sobre el papel, mayor protagonismo jugarán en la lucha por la Maglia Rosa y la clasificación general.
Episodio 5: los pasos alpinos del Valle de Aosta
Si el Giro d’Italia se define como “la carrera más dura del mundo en el país más bello del mundo”, también lo es por sus legendarias etapas de alta montaña, que han escrito historias y creado mitos desde las primeras ediciones de la Corsa Rosa. Como dicta la tradición, en 2025 la etapa que más fuerte hará latir el corazón de los aficionados —porque se cruzarán varios pasos alpinos— llegará en la tercera semana, a dos días del paseo final por Roma. La Etapa 19, de Biella a Champoluc, si bien no es larguísima (son 166 km), presenta nada menos que 4950 metros de desnivel, y los corredores encontrarán en su camino únicamente subidas —¡y qué subidas!— o bajadas.
Será por tanto el Valle de Aosta el que acogerá una de las etapas más emblemáticas del Giro d’Italia 2025, aderezada con 5 puertos de montaña, de los cuales 3 son de Primera categoría. Con 18 etapas ya en las piernas, será un auténtico sufrimiento para todos, especialmente para los velocistas, cuyo único objetivo será sobrevivir y llegar a meta dentro del tiempo límite. Para los hombres de la general, en cambio, habrá espacio suficiente para intentar algo, siempre y cuando no gasten todas sus balas, ya que al día siguiente aún les espera el Colle delle Finestre.
La primera subida comenzará tras apenas 3 km de carrera, lo justo para que los corredores calienten un poco las piernas y que los escaladores busquen la fuga desde el principio. Afrontaremos, casi ‘de pito’ como se dice en el argot, el Croce Serra (3ª cat., 11,2 km al 4,6%), que será, por cierto, la dificultad más suave del día. Luego empezará lo ‘peor’, primero con el Col Tzecore (1ª cat., 16 km al 7,7%) —que se subirá por segunda vez en la historia del Giro tras la de 2018, cuando Giulio Ciccone coronó en primera posición—, más adelante el Col Saint-Pantaléon (1ª cat., 16,5 km al 7,2%), en su quinta aparición en la Corsa Rosa, y a continuación el Col de Joux (1ª cat., 15,1 km al 6,9%), que ya ha sido superado 7 veces por el Giro.
En la cima de este último quedarán 19 km para meta, pero las dificultades no habrán terminado, porque justo después del Col de Joux habrá un breve descenso de 6 km y comenzará la subida inédita a Antognod (2ª cat., 9,5 km al 4,5%), más dura en su segunda mitad, en la que la pendiente media supera el 7%. Evidentemente no es una ascensión complicada, pero tras haber subido ya cuatro pasos alpinos habrá que ver cuánta energía les queda a los corredores. Desde la cima restarán 5 km, en su mayoría de bajada hacia la llegada en Champoluc.
Si la batalla se desata pronto, podríamos asistir a una etapa con diferencias realmente enormes. Si por cualquier motivo la primera parte del Giro no le ha ido bien a según que corredores, la Biella – Champoluc representa la ocasión perfecta para todos esos rezagados de preparar la mejor emboscada y darle la vuelta a la carrera. Eso sí, será necesario contar con piernas de otro planeta.