Un viaje de inmersión total en paraísos naturales poco explorados y únicos.
Las bellezas y peculiaridades de Calabria siempre han sido descritas con original pasión por los grandes viajeros que han surcado sus montañas y colinas, sus puertos deportivos con sus pueblos a lo largo de las tres largas costas de la península, los vestigios de la Magna Grecia llenos de memoria. El ojo del viajero moderno no ha perdido el mismo asombro. Añada a esto la frenética vitalidad de las ciudades modernizadas, las exposiciones de arte contemporáneo para disfrutar al aire libre, los divertidos y coloridos festivales y los parques naturales que se encuentran entre los más vírgenes de Europa.
virgen en Europa. Quienes vienen a Calabria se convierten en buscadores de itinerarios gastronómicos que ofrecen productos llenos de sabor, olores inolvidables y colores vibrantes como los que se ven en los bazares de Oriente Medio.
Y siguen siendo pertinentes las palabras de Leonida Repaci cuando dice que para Dios “Calabria salió de sus manos más bella que California y Hawai, más bella que la Riviera francesa y los archipiélagos japoneses”. Porque Dios quiso para Calabria “el mar siempre púrpura, la rosa que florece en diciembre, el cielo claro, la campiña fértil, el agua abundante, el clima suave, el aroma embriagador de las hierbas”.
