Al igual que en este 2024, Desenzano del Garda ya ha sido protagonista de una contrarreloj del Giro de Italia. Si esta vez será el punto de llegada, en 1971 marcó el inicio de una contrarreloj a orillas lombardas del Lago de Garda, que terminó en Serniga di Salò tras 28 km.
Era la 12ª etapa y el ganador fue, para sorpresa de todos, Davide Boifava. La contrarreloj era difícil de interpretar, porque en el final había una subida de algo menos de 5 km que los hombres de la clasificación habían respetado y temido demasiado, ahorrando mucha energía sin encontrarse al final con una ascensión tan exigente. Boifava, por su parte, había apretado mucho en el llano y luego había sabido defenderse en las subidas, anticipándose al final al gran especialista Ole Ritter por 7 segundos, a Felice Gimondi, que estaba rindiendo por debajo de sus posibilidades en ese Giro, por 33″, y al poderoso sueco Gösta Pettersson por 1’13”.
“Ganó un corredor del que todo el mundo se había olvidado”, leemos en el Corriere della Sera de la época, “Davide Boifava, compañero de la Maglia Rosa Claudio Michelotto. Si todo el mundo se había olvidado de él, era por su culpa, porque hace dos años Boifava apareció en el mundo del ciclismo como una bella promesa, luego desapareció de la escena y en este Giro nunca había dado que hablar. Hoy, sin embargo, ha realizado una gran hazaña y ha ganado la etapa contra todo pronóstico”.
Con Gimondi retrasado desde la primera semana, este fue un Giro muy táctico, casi una carrera de eliminación. La Maglia Rosa Michelotto se desplomó en el puerto de Pordoi, en la 18ª etapa, abriendo el camino a un triunfo de Gösta Pettersson, el único de un corredor sueco en la historia de las Grandes Vueltas.
