Los cinco tramos de carreteras blancas de tierra que se superarán en esta novena etapa son los más destacado del trazado, concentrados todos ellos en los últimos ochenta kilómetros de carrera.
Tras superar en el arranque los Traguardi Volanti de Mercatale (km 46,6) y Sinalunga (km 91,6), así como el alto de 3ª categoría de La Cima (km 52,4), la acción y el nerviosismo llegarán con los larguísimos sectores de Pieve a Salti (8 km), Monteroni d’Arbia (9,3 km) y, especialmente, San Martino in Grania, quizás el más exigente de toda la Strade Bianche por sus irregularidades, la mayor acumulación de piedras y su perfil ascendente -no en vano, en el km 147, a su salida, habrá una pancarta de 4ª categoría-.
La carrera, de cualquier modo, debería definirse, como ocurre en la Strade -al menos si no está el magnífico Tadej Pogacar en carrera-, con los dos últimos tramos, mucho más cortos: Monteaperti (600m, km 159) y el durísimo Colle Pinzuto -Red Bull KM, 2300m, se completa a 14,1 km de meta-. Desde ahí, la prueba toma el mismo trazado final de la ‘Clásica del Norte más al Sur de Europa’, con la tremenda rampa de Via Santa Caterina antes de que nuestros ‘caballistas’ lleguen a la hermosísima Piazza del Campo.