Porque al recorrido oficial hay que añadirle una extensa neutralizada, 9,9 kilómetros, que introduce esta sexta etapa del Giro d’Italia en ‘territorio clásica’, rozando los 240 km.
Y es necesario arrancar así porque la salida ya es en subida; porque, cubiertos menos de 40 km, habrá un puerto de casi veinte -el Valico di Monte Carruozzo (2ª), el más largo hasta ahora-; y porque el terreno no será nunca sencillo hasta el km 145, cuando se corone otro largo ascenso a Monteforte Irpino (3ª).
Bajando por fin a la costa, arrancará un recorrido casi urbano, con múltiples poblaciones, sin grandes dificultades altimétricas hasta la meta de Nápoles. Si los sprinters y sus equipos han sabido mantener la calma y ordenarse bien, puede ser ‘volata’; si la fuga es grande y poderosa o no hay ‘feeling’ atrás… ganar en la capital partenopea será un éxito de kilates.
Hay que tener en cuenta, además, lo que vendrá mañana viernes: el primer gran día de montaña en Tagliacozzo. Muchos favoritos estarán vigilando cada gramo de energía que gastan… y no es fácil guardar en casi seis horas de carrera.