Blacking: “Las mujeres pueden crearse una vida alternativa gracias al ciclismo”
Las mujeres son esenciales para el ciclismo. Durante mucho tiempo han estado confinadas a la sombra de los hombres, pero hoy están recibiendo el reconocimiento que merecen sus logros sobre dos ruedas. El Giro d’Italia Women es un evento de referencia que pronto celebrará su 40 aniversario, y la Milano-Sanremo Donne regresó en 2025, poco después del Tour de France Femmes. Las ciclistas están ocupando su lugar, y el mundo del ciclismo ha aprendido a respetarlas y a ponerlas en valor. Pero todavía se enfrentan a la discriminación y a la violencia de género.
Cada año, el 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Para conmemorar la ocasión, Deena Blacking, directora ejecutiva interina de The Cyclists’ Alliance, hace un balance de la situación y presenta sus ideas para establecer límites claros, apoyar a las víctimas y crear un entorno saludable.
El mundo del ciclismo ha logrado, en los últimos años, un progreso significativo en lo que respecta a la inclusión, el respeto y la promoción de las deportistas femeninas. ¿Ha permitido este desarrollo construir también un entorno seguro para las mujeres en el ciclismo? “Estoy de acuerdo, el ciclismo ha mejorado mucho a lo largo de los años para las mujeres. Si ves vídeos e historias de los años 80 y 90, ves la discriminación explícita y completamente inaceptable a la que estaban sujetas las mujeres. Y hoy, la mayor parte de esta discriminación y acoso ha desaparecido, pero aún existe. Por ejemplo, en The Cyclists’ Alliance, realizamos la encuesta anual más grande del pelotón femenino cada año. Y en 2025, cuando preguntamos a las ciclistas si habían experimentado alguna violación ética, el 14% respondió que sí.”
Estas experiencias se presentan de muchas formas. ¿Puedes darnos una idea de los tipos de situaciones a las que se pueden enfrentar las mujeres en el mundo del ciclismo? “Creo que es importante destacar que muchas de las mujeres en el pelotón profesional actual no experimentan el tipo de cosas contra las que hacemos campaña a día de hoy. Creo que a menudo es más el daño psicológico lo que están sufriendo las mujeres. A menudo, lo que hace que el deporte sea inseguro es cuando hay una cultura de silencio o cuando se desaconseja a las deportistas que hablen o hagan preguntas. El ciclismo es un deporte donde el daño y el sufrimiento están normalizados. Y por eso a veces es difícil en el deporte ayudar a las atletas a trazar la línea entre dónde deberían sufrir y dónde no deberían tener que sufrir.”
También sabemos que muchos casos de violencia de género no llegan a la justicia. ¿Cómo animáis a las mujeres a actuar cuando son víctimas? “Hay dos maneras diferentes en que una ciclista puede alzar la voz de inmediato. Una es que pueden contactar con nuestra oficial de ética, de forma confidencial, y sus datos están disponibles en nuestro sitio web. Otra es que pueden ponerse en contacto de forma anónima con la UCI a través de la plataforma SpeakUp. Y, de forma más general, proporcionamos educación y tutoría a las atletas para darles el coraje de hablar y también para darles conocimientos que les ayuden a entender dónde deben y dónde no deben aceptar ciertos comportamientos de otras personas. El año pasado, hicimos una campaña llamada “It’s Right to Say No” (Es Correcto Decir No), solo para recordar a las mujeres en el ciclismo que se les permite establecer límites.”
Algunos casos han salido a la luz en los últimos años, ¿qué nos dicen sobre el entorno específico del ciclismo? “Creo que es importante reconocer que, según nuestra última encuesta, la edad promedio de una ciclista es de 25 o 26 años. A menudo, se encuentran en un ambiente de trabajo muy intenso, y quizás no han conocido ningún otro entorno laboral. Mi observación como alguien que trabajó en un entorno diferente es que hay muchas cosas en el deporte que se aceptan y que no serían aceptadas en un entorno de oficina. Y a menudo estas jóvenes, sean ciclistas o no, todavía no tienen necesariamente la confianza en la vida adulta para hablar por sí mismas, particularmente en una situación en la que no conocen otra cosa. Se encuentran en el desequilibrio de poder de ser una deporista con una posición en un equipo, sabiendo que hay muchas otras atletas que podrían reemplazarlas. Así que es una posición muy difícil para una ciclista joven, por lo que es muy importante para nosotras educar en ese sentido”.
El ciclismo también es celebrado por sus valores. ¿Qué ves en el deporte que se alinea con la lucha contra las desigualdades de género? “El deporte, ya sea en los Juegos Olímpicos o en tu club local, puede ayudar a dar a las mujeres un sentido de sí mismas y confianza que, a su vez, genera independencia y empoderamiento. Es un igualador y permite a las mujeres demostrar que también pueden ser fuertes y atléticas y ganar. También es importante señalar que estamos hablando desde una perspectiva europea, donde ese viaje puede ser difícil, pero aquí no hay tantas barreras, mientras que, por ejemplo, también he trabajado con varias ciclistas jóvenes en países africanos que están hacienda frente a dificultades muy diferentes. Podemos usar el ciclismo para ayudar a estas mujeres a desafiar las expectativas sociales de casarse y tener hijos porque pueden demostrar a su familia y amigos que son fuertes, competitivas, y que pueden crearse una vida alternativa para ellas mismas en el ciclismo.”
Para resumir, ¿cuál es el mensaje que te gustaría que el mundo del ciclismo transmitiera en un día como el 25 de noviembre? “Creo que es lo mismo que defendemos como organización: cuanto más nos cuidemos, nos preocupemos el uno por el otro y trabajemos juntos, más fuertes seremos todos. Así que es en interés de todos cuidar del resto para el beneficio de todos. Y, por otro lado, si ve algo que está mal, denúncielo y ayude a esa persona.”