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Miguel Indurain: Una estela que se agranda cada 16 de julio

16/07/2025

 

En esta era de corredores de ‘rompe y rasga’, y en la que las redes sociales obligan a estar en la cresta de la ola con cualquier tendencia o dar espectáculo dentro y fuera de la competición, Miguel Indurain (Villava, Navarra, ESP; 1964) fue siempre ejemplo de lo contrario. Sobrio, magnánimo, alejado de cualquier polémica y dejando una estela de grandiosidad genuina, de las que no necesitan Reels ni Shorts conmemorativos.

 

El miembro del Giro d’Italia Hall of Fame cumple este miércoles 61 años y alcanza en estas fechas tres décadas desde su último triunfo en la ‘Grande Boucle’, al que antecedieron sus dos conquistas en la general de la Corsa Rosa. Sin una palabra más alta que otra y con los focos rondándole pero él asomando solo cuando le apetece repasar el guión, el gigante y caballero navarro no ha encontrado todavía un corredor que se le asemeje, ni en las fronteras españolas ni tampoco fuera de ellas.

Del vencedor del Giro d’Italia 1992 y 1993 se dijo siempre que apaciguaba a sus rivales en montaña para luego destrozarlos en las contrarreloj. Y es cierto que, al menos en el caso de la ronda transalpina, fue así. Su primera victoria en Italia estuvo muy cerca de igualar lo logrado por Gianni Bugno en el ’90 -liderar de principio a fin; se viste con la Maglia Rosa en Sansepolcro, a los tres días de la salida- y similar, en esos registros, a la de Tadej Pogacar en 2024, cuando el esloveno tomó las riendas en Oropa. Hizo parecer pequeños a rivales de la categoría de Claudio Chiappucci, a quien no dio el menor atisbo de oportunidad.

 

Más sufridos fueron los dos años posteriores en los que el as de Banesto buscó el doblete en el Giro d’Italia. El letón Piotr Ugrumov le hizo pasar las de Caín camino de Oropa en 1993, cuando parecía que la carrera estaba sentenciada, pese a lo cual se sobrepuso con enorme entereza. No logró, sin embargo, dar la vuelta a la tortilla frente al poderoso Evgeni Berzin en 1994, con quien sufriría en las rampas del Valico di Santa Cristina su derrota más sonora, a una semana del final de aquella edición, camino de Aprica.

Indurain se dio el gusto este mes de mayo de rememorar sus proezas en el Giro d’Italia como invitado estrella del Giro-E Enel. “Subir el Mortirolo con bici eléctrica; compartir de nuevo momentos con grandes amigos como Chiappucci, (Gianni) Bugno, (Igor) Astarloa… Recordar estos viejos tiempos, de hace 30 años, todas estas carreteras… Es muy bonito”, rememoraba en la meta de Bormio el gran Miguel el pasado 28 de mayo.

 

Se marchó sin dar ruido y sigue viviendo como corrió: “A su estilo y manera“, como le define uno de los que fueran sus directores en profesionales y actual mánager general de Movistar Team, Eusebio Unzué. Tiene su tranquilidad de siempre en Pamplona; cuenta con el apoyo de varias firmas con las que comparte vínculo con el Giro, como Pinarello; y una legión de seguidores que todavía le apoyan y admiran, incluso 28 años después de la retirada. ¡Feliz cumpleaños, Miguel!

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