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El Stelvio: la conclusión, el vértice y la coronación de Fausto Coppi

24/03/2022

Las 10 subidas más emblemáticas de la Corsa Rosa: Stelvio

En el anterior episodio dedicado a las 10 subidas más emblemáticas del Giro de Italia, hablamos del Monte Zoncolan, el Kaiser, la subida más dura del ciclismo mundial.

Hoy abordamos otro monstruo sagrado de la Carrera Rosa, el Stelvio.

¡No te pierdas las otras subidas! Descubra la sección dedicada disponible aquí, donde para cada uno puede encontrar la historia, anécdotas y las estadísticas más relevantes.

Alfa y omega

Si Pordoi fue el comienzo de la carrera de Fausto Coppi en rosa -debutaron juntos en 1940, el año en que el Campionissimo ganó su primer Giro de Italia-, el Stelvio fue la conclusión, el vértice y la coronación.

Un pico de 2757 metros de altura, para ser exactos.

El paso del Stelvio se abordó por primera vez en el Giro el 1 de junio de 1953, en la penúltima etapa, cuando la clasificación parecía ya decidida.

En la etapa anterior, con meta en Bolzano, Coppi intentó por todos los medios adelantar a la Maglia Rosa Koblet, pero sin éxito. Así que los dos llegaron a un acuerdo. El campeón le prometió que, a cambio de la victoria de etapa, no le atacaría al día siguiente. Koblet aceptó. El Giro, con Fausto a 1’59” por detrás de Hugo, parecía haber terminado.
Al día siguiente, sin embargo, se produjo uno de esos episodios que hacen del ciclismo el deporte más bello del mundo.

Coppi estaba bien, o más bien muy bien, pero como caballero no tenía ganas de traicionar el pacto. Así que no podía ser el primero en atacar, pero si era su rival el que atacaba, entonces estaría justificado que respondiera. Se lleva al joven Defilippis aparte y le pide que aumente el ritmo en la mitad de esa nueva y terrible escalada. Defilippis obedeció y, a falta de 12 kilómetros, forzó el ritmo. Koblet se dejó seducir, respondió al sprint e inmediatamente cayó en una trampa que pagaría muy cara.

En ese momento Fausto se sintió liberado de su pacto de no beligerancia, y con la excusa de perseguirlo, se marchó y se fue solo, mientras la Maglia Rosa se dejaba caer. Coppi subió en solitario en el Gpm -el primer corredor de la historia- con 2’48” sobre Bartali, 3’27” sobre Defilippis y 4’25” sobre Koblet, que intentó darlo todo en el descenso final.

El suizo fue una furia, limando y ganando terreno, pero a fuerza de arriesgar se cayó dos veces, llegando a la meta a 3’28” del campeón, que se llevó la etapa y la Maglia Rosa de un plumazo. El quinto de su increíble carrera.

Aquel 1 de junio de 1953 comenzó la historia del paso del Stelvio en el ciclismo, y al mismo tiempo fue la última gran fuga de Coppi en el Giro.

Para uno era alfa, para el otro omega.

Y, sin embargo, ese vínculo nunca se ha roto, es más, con los años se ha multiplicado tanto que los nombres de ambos se han fusionado, como si fueran casi superponibles.

Así que ahora, para todo el mundo, el Paso del Stelvio es la Cima Coppi por excelencia.

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