“Es un gran alivio”, respiró Kaden Groves (Alpecin-Deceuninck) al llevar a buen término el esfuerzo de sus compañeros en el tramo final de la Etapa 6 del Giro d’Italia, la maratón de 227 kilómetros entre Potenza y Nápoles. Aparecer en el momento justo y asestar el golpe. Toda una reivindicación después de que su hoja de servicios en 2025 se redujese a una docena de escasos días de competición antes de la Grande Partenza.
Debuts frustrados por unos problemas recurrentes de rodilla, que le impidieron -a su juicio- llegar en la mejor condición a la Corsa Rosa, fue 5º en la Milano Sanremo y dio ‘al palo’ en dos parciales de la Volta a Catalunya, antes de desquitarse definitivamente a los pies del Vesubio.