El Giro d’Italia viaja, explora y planta semillas para cultivar. Lo hizo el año pasado con Albania y lo hará en 2026 con Bulgaria, elegida para albergar la Grande Partenza de la Corsa Rosa. Se trata de la 16ª salida desde el extranjero, la segunda consecutiva, algo que no ocurría desde el bienio 1973-74, cuando se partió primero desde Bélgica y luego desde la Ciudad del Vaticano.
Así como sucedió en 2022 en Hungría y en 2025 en Albania, el Giro llevará un soplo de Rosa a un país con una limitada cultura ciclista, pero que tiene ganas de darse a conocer a nivel internacional y mostrar a su gente la magia del gran ciclismo. El modo ideal para lucir al mundo las peculiaridades de un país que quiere crecer turística y ciclisticamente.
Bulgaria, en realidad, cuenta con una carrera por etapas nacional, el Tour de Bulgarie, que tiene orígenes muy antiguos, ya que la primera edición se remonta nada menos que a 1924. Sin embargo, la intrincada historia del país nunca permitió que la carrera creciera y se abriera a los estados occidentales, tanto que hasta 1999 siguió siendo una carrera reservada a aficionados, en su mayoría locales. No obstante, en los últimos años, la prueba parece haber emprendido una recta de crecimiento a la que esta Grande Partenza solo podrá dar mayor lustre. Hasta la fecha, solo un corredor búlgaro ha participado en el Giro d’Italia: Nikolay Mihaylov, con el maillot del CCC Sprandi, en 2015.