Viendo a la Maglia Rosa, Mads Pedersen (Lidl-Trek), sometiendo a sus rivales con un magnífico respaldo de su equipo en dos etapas con mucho más desnivel que la de hoy, es innegable que las cábalas por el triunfo tienen que arrancar por el líder de la carrera, cuarto ayer en Lecce. Pero el terreno de este miércoles es uno en el que los aventureros y la gente con ‘punch’ empieza a jugar su papel.
Citando obligatoriamente a Orluis Aular (Movistar Team) y Corbin Strong (Israel-Premier Tech) como alternativas más serias en caso de un sprint selecto, la llegada del pasado domingo en Valona -y la de la primera jornada en Italia- nos conceden otras ideas para el desenlace. Ben Turner (INEOS Grenadiers) estuvo muy entonado en Lecce, octavo en meta, y bien respaldado por sus compañeros. Andrea Vendrame (Decathlon AG2R La Mondiale Team), ya ganador de una etapa de perfil similar al de hoy en la Tirreno Adriatico 2025, es un nombre a tener muy en cuenta, como su compañero Dorian Godon. Lo mismo que Diego Ulissi (XDS Astana Team), que con su enorme veteranía y capacidad para seleccionar objetivos es peligrosísimo.
El abanico se abre mucho, claro, si se desencadena una fuga… o si los hombres de la general quieren dar un susto. Lo bueno de la montaña rusa que citábamos en el titular, y de que esto sea el Giro d’Italia, es que la carrera siempre está un poquito más abierta.