Del Toro acabó perdiendo aquel Giro de la forma más cruel posible, superado en Finestre y Sestriere por un Simon Yates (Visma | Lease a Bike) al que Van Aert -Wout te lo da; Wout te lo quita- impulsó hacia la gloria Rosa en la Ciudad Eterna. Una oportunidad que, como todas en deporte, quizás no vuelva de nuevo, pero que el mexicano analizó con esa humildad y realismo tan impactantes: “Yo no estaba sintiendo que lo podía ganar, solo sentía que estaba ganando en una carrera que todavía no había terminado”, declaró hace pocos días en una conocida televisión de su país. “El error pasó, me quedé con la espinita, pero me sirvió para las oportunidades que vendrían en el futuro. Y cada carrera que vino después supuso un desquite para mí”.
16 de sus 18 victorias de 2025, el año en que escaló hasta la tercera plaza del ránking mundial, llegaron entre junio y octubre. Algunas tan rotundas e impactantes como las del GranPiemonte, donde fue absoluto dueño y señor. Hizo de Italia su permanente campo de juegos -no en vano vive en la Península, en San Marino, compañero de piso de un Giulio Pellizzari (Red Bull-BORA-hansgrohe) con el que durante este Giro compartió enormes satisfacciones-. El deporte ha cambiado su vida. “Ahora en la calle las cosas diferentes, no puedo hacer las cosas como antes las hacía. Pero mi trabajo sigue siendo el mismo gusto; me lo tomo con calma y disfruto. Me queda mucho por hacer en mi carrera deportiva”.