Información gastronómica
Camaiore es también una tierra de sabores, quizás la más auténtica e identificable de toda la Versilia: en todo el territorio, la comida y el vino son los maestros, ofreciendo actividades experienciales que trazan parte de sus rasgos distintivos más importantes.
Un pastel salado que hay que probar si se está en Camaiore es sin duda la Scarpaccia. Un nombre peculiar, casi gracioso, que hace referencia al hecho de que, una vez horneado, el producto final adquiere la forma y el aspecto de la suela de un zapato viejo. Una referencia, sin embargo, que no cuadra con el sabor: un plato muy sabroso, está hecho con calabacines y flores de calabaza, cuyos sabores son claros y no quedan tapados por una simple mezcla de cebolla, agua, harina, sal, pimienta y aceite. Perfecto como entremés o tentempié de picnic, conserva su bondad incluso frío, lo que le ha valido el calificativo de reina de la “comida callejera” camerunesa.
También es absolutamente característica la histórica Torta di Pepe, o “Torta co’ pizzi”: una lámina de masa hecha con agua, harina, huevos y sal se coloca en un molde redondo y luego se rellena con una mezcla de arroz, acelgas, perejil, queso pecorino, huevos, sal y, por supuesto, pimienta. Es necesario que la masa rebose del molde al menos dos dedos, para que puedan crearse las llamadas “puntillas”: pequeñas “pirámides” de hojaldre dobladas sobre sí mismas, que rodean toda la tarta. Después de espolvorearlo con queso pecorino y hornearlo durante unas 3-4 horas, será una auténtica explosión de sabor en la boca.
Sin embargo, el verdadero plato característico de Camaiore es sin duda el Tordelli. Es sin duda el plato más característico de Versilia, que sólo comían las familias campesinas en ocasiones especiales en sus casas. Una preparación arraigada en el territorio, transmitida de generación en generación, que a lo largo del tiempo ha sufrido diversas variaciones manteniendo la veracidad del sabor. La carne picada de vacuno y de cerdo se utiliza para crear un relleno junto con pan ablandado en caldo, queso parmesano, queso pecorino, nuez moscada, perejil y el siempre presente “peporino” (tomillo), con el que rellenar los tradicionales “tordelli” de pasta al huevo. Aderezados con una buena salsa de carne y terminados con una espolvoreada de queso directamente en el plato, son el verdadero sabor de Camaiore servido en la mesa. Un sabor inolvidable.
Puntos de interés
Camaiore es una zona con una amplia oferta turístico-cultural. El potencial turístico es inmenso: en pocos minutos en coche, se puede pasar de las maravillas de las colinas, organizadas para actividades de senderismo -incluidas en las rutas Francigena y Camaiore Antiqua-, trekking y escalada -práctica muy popular en la actualidad, de la que la zona de Camaiore es uno de los principales escenarios italianos-, a las aguas cristalinas del mar, realzadas por cientos de establecimientos balnearios, organizados para cada actividad, y por los numerosos lugares donde pasar las noches de verano y mucho más.
La joya de la corona del litoral de Lido es el muelle “Bellavista Vittoria”, que con sus 300 metros de paseo marítimo es una visita obligada para los lugareños y los miles de visitantes anuales. Desplazándonos ligeramente hacia el noreste, encontramos el Parque Bussoladomani, una zona histórica donde, a partir de los años 60, se levantó la legendaria carpa de Sergio Bernardini, en la que han cantado y tocado artistas de renombre internacional durante sus décadas de actividad, pudiendo presumir de haber acogido el último concierto público de Mina. Tras años de silencio, Bussoladomani vuelve a sonar: de hecho, es el escenario de La Prima Estate, el acontecimiento mundial más importante de la temporada musical.
Hacia el interior, Camaiore Capoluogo acoge decenas de eventos que promueven la excelencia local y territorial. Desde “È la Via dell’Orto” (El camino de la huerta), un evento primaveral de dos días que relata las tradiciones locales vinculadas al sector agroalimentario, hasta la centenaria Feria de Todos los Santos (los días 1 y 2 de noviembre), pasando por el Pic Festival, una feria de octubre que rinde homenaje a los sabores picantes en colaboración con la Academia Nacional de la Guindilla, y la feria-mercado de época y antigüedades dedicada a las “Follie di Ferragosto” (Locuras de agosto). Desde el punto de vista histórico, acontecimientos como el Corpus Domini, una cita religiosa que en Camaiore ha adquirido un rasgo absolutamente folclórico, gracias a la maestría de los “tappetari” que, cada año, trabajan la noche anterior a la Solemnidad creando verdaderos cuadros, a lo largo de la céntrica Via Vittorio Emanuele, utilizando únicamente serrín coloreado. De la misma importancia tradicional es la cita con la Procesión de Jesús Muerto, un acontecimiento que cada tres años, el Viernes Santo, anima el casco antiguo de la ciudad, iluminándolo por la noche con miles de lámparas de aceite (los “cincindellori”) y contribuyendo a crear una atmósfera única, mágica, casi sobrenatural.
Subiendo hacia las zonas de colinas, los caseríos de Monteggiori, fortaleza medieval que conserva una fascinante belleza milenaria, y Casoli, característico pueblo que encuentra su peculiaridad no sólo en las cercanas cascadas de Candalla, sino también en los maravillosos esgrafiados, antigua técnica de decoración mural derivada de los frescos sobre yeso, que embellecen la localidad, convirtiéndola en una perla única y en parada de estudio para cientos de artistas. El pintor y escultor Rosario Murabito, junto con su esposa Grace Albert, se enamoró de Casoli y decidió trasladarse allí. Pero, en cualquier caso, cada aldea presenta particularidades únicas que merece la pena experimentar y descubrir.
Camaiore es una verdadera tierra de colores y tradiciones, rica en historia que pervive en acontecimientos y lugares y cuya belleza se filtra, con fuerza perpetua y hechizante, en cada aldea, en cada pueblo, en cada rincón de cada calle.