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Instinto asesino

14/05/2022

No hay nada que hacer, puede que no sea el mejor Thomas De Gendt, pero siempre encuentra la manera de hacer su escapada. En las últimas décadas, pocos corredores pueden presumir de tener un sentido táctico, una capacidad para meterse en una escapada, una comprensión de cuándo moverse, como la del corredor flamenco del Lotto Soudal. Nunca ha sido dominante en un terreno más que en otro, sino que siempre ha sido un corredor completo, capaz de ir fuerte en todas partes. Y estas cualidades las aprovechó para convertirse en un extraordinario cazador de etapas.

Un cazador de etapas, sin embargo, de fino paladar, ya que de sus 17 victorias en su carrera, nada menos que 15 han sido en carreras WorldTour, y desde 2011 sólo ha ganado en carreras del máximo circuito. Por lo tanto, prefiere utilizar su sagacidad táctica en las grandes etapas, en las demás carreras se complace en dejar espacio a sus compañeros de equipo. El nativo de Sint-Niklaas forma parte del pequeño círculo de corredores capaces de ganar etapas en las tres Grandes Vueltas. Una etapa en la Vuelta, dos en el Tour de Francia y ahora dos en el Giro de Italia. Por cierto, los casi 10 años de diferencia entre su primer éxito en la Corsa rosa y el de hoy le han acercado mucho al récord de distancia entre las dos primeras victorias en el Giro, siempre en poder de Alfredo Sivocci (años 20), que se sitúa en algo menos de 11 años.

Su primera victoria en una carrera de tres semanas fue, de hecho, en la Corsa Rosa, allá por 2012, cuando como discreto corredor de carreras por etapas atacó en el Mortirolo en la penúltima etapa del Giro, atrapó a los fugados y luego, en la subida final del Stelvio, la Cima Coppi de aquella edición, esprintó en solitario en lo que todavía sigue siendo una de sus hazañas más increíbles. No sólo eso, esa victoria le hizo ascender en la clasificación general hasta la 4ª posición, que luego se convirtió en la 3ª tras la contrarreloj final de Milán, desbancando al difunto Michele Scarponi del podio. Esa fue también la única vez que De Gendt se esforzó por ocuparse de la clasificación general de una Gran Vuelta.

En cambio, hoy se ha encontrado en una escapada con varios corredores muy difíciles de superar y que probablemente también tenían mejores piernas que él. Sin embargo, su diabólico plan consistía en esperar la primera jugada de Mathieu Van der Poel y sus compañeros para salir al contraataque, con la esperanza de que fallaran el trato por detrás. Y así fue, y De Gendt también tuvo la suerte de no encontrar ningún corredor especialmente rápido en su pequeño grupo, por lo que pudo anticiparse a Davide Gabburo y Jorge Arcas con bastante facilidad en la línea de meta de Via Caracciolo.

Esta etapa nos deja también el enfado de Mathieu Van der Poel, marcado por los rivales y aprovechado tácticamente, que esperemos pueda desahogar en las próximas fracciones al son de los vatios. Y, mientras tanto, mañana es Blockhaus, el primer punto de inflexión de este Giro. Los hombres de la clasificación no han atacado en los últimos días, lo que ha aumentado considerablemente el interés por la subida de los Abruzos. Mañana, estamos seguros, habrá mucho que discutir.

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