Ver todos
Ver todos

Giro d’Italia 2021, Etapa 6: Grotte di Frasassi – Ascoli Piceno. Camellos y gigantes

12/05/2021

La presencia del complejo de los Gigantes sugeriría una fracción destinada a hombres rápidos

Es difícil imaginar una carrera ciclista desde su inicio entre los abismos de las cuevas, cuyos espacios más majestuosos son tan grandes que podrían contener el Duomo de Milán: la naturaleza caótica de las concreciones no ofrece ni una pizca de indicación sobre qué tipo de carrera podría surgir. La presencia del complejo de los Gigantes, estalagmitas milenarias de hasta 20 metros de altura, sugeriría una fracción destinada a hombres rápidos, de físico robusto. También los libros de oro de la carrera rosa estarían de acuerdo: en Ascoli Piceno se han impuesto hombres del calibre de Di Paco, Bontempi, Petacchi. Gigantes, de hecho. Otras formaciones, sin embargo, envían una señal opuesta: el camello y el dromedario parecen sonreír a los aguadores que corren libremente; pero también están las lonchas de manteca y tocino más enigmáticas, las pieles de leopardo, los tubos de órgano, los obeliscos y los castillos de brujas. En definitiva, sugerente, pero no concluyente: las entrañas de la tierra no parecen adecuadas para la adivinación. Mejor volver a la superficie, entonces, incluso este fondo áspero, giboso, a veces ideal para las pruebas agotadoras. Para encontrar uno verdaderamente notable, hay que remontarse a las profundidades, esta vez a los albores del ciclismo, cuando el Giro se corría por puntos y la maglia rosa estaba aún muy lejos.

 

El 18 de mayo de 1913, la carrera comienza en Campobasso, en el menú un recorrido de 313 kilómetros y pico:

Para Clemente Canepari debería ser la enésima ocasión de mostrarse un precioso ayudante al servicio de los capitanes de su Legnano: Pavesi y Albini. El equipo sube de sur a norte, para llegar a Ascoli Piceno después de una etapa que es todo menos sencilla, llena de asperezas. Es el propio Pavesi, cansado por la fatiga de los días anteriores, quien hace una propuesta inesperada a su escudero: ¿por qué no lo intentas? El anuncio de una ocasión difícil de repetir.

Canepari no se lo hace decir dos veces y, empujado por el entusiasmo, arranca desde lejos, muy lejos, cuando faltan un par de kilómetros para la cima del Rionero Sannitico. Mentu vuela hacia la única victoria en el Giro de su carrera. Añade una hazaña nada desdeñable: la escapada exitosa más larga de la carrera, 238 kilómetros, 12 horas y 34 minutos pasados en el sillín. A lo largo del camino, también sufrió el asalto del granizo, al que hizo frente como mucho con la ayuda de sacos, prestados en algunas granjas, para echárselos sobre los hombros: una delgada barrera protectora contra la furia de los elementos. La ciudad de las Cien Torres no siempre es presa de las ruedas rápidas, también hay lugar para los intentos valientes, quizás algún Camello que quiera convertirse en Gigante.

¡SÍGUENOS
#giroditalia

patrocinador principal