La víspera de la gran etapa por los Dolomitas, el Giro pasó en círculos por la frontera eslovena y, por un día, el Giro de Italia fue un recorrido por una región fronteriza, donde cada aldea parece tener cinco nombres, o más: Italiano, esloveno, alemán, friulano, bisiaco.
La frontera ha cambiado aquí tantas veces, que a veces se piensa que pueblos enteros se han desplazado por el paisaje: Gornje Cerovo, tres veces la subida de categoría 4 del día, solía ser Cerovo Gorenje. En italiano es Cerò di Sopra, aunque antes era Cerou di Sopra o Cerou Superiore; en alemán es, o era, Ober Cerou, y en friulano, Cerò di Sore. En su momento, formó parte del Sacro Imperio Romano, del Reino Ostrogodo, del Imperio Bizantino, del Reino de los Lombardos, del Ducado de Friuli, del Roegnum Italiae, de las Marcas Austro-Italianas, del Reino de Italia, de Itálica, de la República de Venecia, del Imperio de los Habsburgo, el Reino Napoleónico de Italia, la Zona Operativa del Litoral Adriático (un distrito alemán nazi en la costa norte del Adriático creado en 1943), la Zona A de Venecia Julia bajo el control británico-estadounidense del Gobierno Militar Aliado (AMG), Yugoslavia y, ahora, Eslovenia. La historia es profunda en esta parte del mundo, y la gente ha aprendido a adaptarse a un mundo cambiante.